Sal marina Okinawa Aguni No Shio de la isla Aguni

Minerales más relevantes que contiene esta sal y sus funciones:
Magnesio: favorece la absorción del calcio, la neurotransmisión y la contracción muscular.
Calcio: contribuye al desarrollo de los huesos y los dientes, regula la contracción de los músculos del corazón y el funcionamiento del sistema nervioso.
Sodio: favorece la contracción de los músculos y el funcionamiento del sistema nervioso y regula el equilibrio hídrico.
Potasio: contribuye al funcionamiento del corazón y los músculos.
Fósforo: fortalece los dientes y los huesos.
Hierro: transporta el oxígeno en la sangre.
Zinc: favorece la activación de las enzimas.
Cobre: crea hemoglobina en la sangre.
Cromo: contribuye al metabolismo del azúcar y los lípidos.
Selenio: aporta un potente efecto antioxidante.
Manganeso: favorece la fermentación del calcio en los huesos.
Azufre: sintetiza las proteínas.
Yodo: es el principal ingrediente de la hormona tiroidea.
La Aguni No Shio no es una sal que se produzca en masa en las grandes fábricas, sino que es un producto artesanal, elaborado a mano en un pequeño taller. El resultado que se obtiene es fruto de la destreza con la que los artesanos elaboran esta sal.
El taller de sal Aguni No Shio se sitúa en la isla de Aguni, rodeada de las aguas cristalinas, bajo el sol subtropical de Okinawa. La captación de agua marina se lleva a cabo bombeando el agua hacia una torre de 10 m de altura, donde fluye a través de más de 1500 bambúes con miles de ramas que cuelgan de la torre. El viento del mar contribuye a la evaporación y condensación del agua salada. Para lograr obtener una concentración de agua marina seis veces más condensada de lo normal, este proceso se repite durante una semana.
La solución resultante se vierte en una olla plana llamada "hiragama" y se reduce en un fuego de leña durante dos días. Para evitar que se queme, los artesanos remueven continuamente la mezcla. El nigari o cloruro de magnesio natural es extraído a los 4-5 días siguientes. El último paso consiste en pasar los cristales de sal por un tamiz durante dos días para que maduren.

Nuestra combinación perfecta: su salinidad es única y muy reconocida en el mundo de la cocina, pastelería y repostería. Una verdadera «grand cru» para los más puristas.