Ajo negro de Aomori o Mié

De sabor suave pero intenso, este ajo no se caracteriza por tener un olor fuerte, sino por conservar la sutileza de su fragancia y revelar toques balsámicos.
Es fermentado con agua de mar completamente pura durante 45-60 días.
Después, se deja macerar a una temperatura y humedad controladas hasta que adquiere una textura suave y jugosa, muy parecida a la que hallamos en la pulpa del albaricoque o la ciruela.
En Japón, el consumo de ajo negro es muy popular, pues se cree que es beneficioso para la salud.
Es un alimento natural muy rico en S-alilcisteína (un antioxidante neuroprotector y cardioprotector), por lo que se considera que sus propiedades terapéuticas regulan la cantidad de lípidos en sangre (colesterol, triglicéridos).
También favorece la circulación sanguínea y reduce la presión arterial. En Japón, se recomienda su consumo a aquellas personas con hipertensión o diabetes, como método para frenar el envejecimiento, fortalecer el organismo o para luchar contra el exceso de fatiga.

Nuestra combinación perfecta : machaque el ajo hasta hacerlo puré, añada un chorrito de aceite de oliva, sal, pimienta y... ¡listo! Llenará de color sus pescados blancos (lenguado, rodaballo, rémol, lubina...) y sus carnes (cordero, cerdo, aves...) y les aportará notas afrutadas.
También puede mezclarlo con un chorrito de aceite de oliva, tomate y cebolla para añadir un toque especial a sus marinados y frituras.
Cortado en láminas, potenciará el sabor de pizzas, arroces blancos o salteados y pastas. Puede consumirlo incluso como fruto seco,
¡una delicia!