Carbón vegetal Lau Binchotan ARAWARIDAI Ø: 4,0-6,0 cm, longitud: 5-10 cm
¿Cuáles son los puntos fuertes del binchotán?
- es extremadamente denso y poroso
- arde muy lentamente, por lo que puede utilizarse durante varias horas.
- se calienta a una temperatura muy alta
- no produce humo ni olores desagradables
- es extremadamente duro - a diferencia de todos los demás carbones, puede utilizarse varias veces
- utilizado en la cocina, confiere a los alimentos sabores y aromas sutiles y deliciosos. Su potente radiación infrarroja permite que los alimentos liberen todos sus aromas y sabores, y es muy popular en las barbacoas de anguila y pescado, pato y ternera... Es una garantía de calidad demostrada, y se utiliza en los restaurantes de parrilla de primera calidad de Japón.
- Permite cocinar los alimentos en contacto directo con su superficie. La cocción es instantánea y los alimentos no se queman. El binchotan también tiene otras virtudes probadas y a veces sorprendentes:
- Absorbe los olores desagradables (en los zapatos o los calcetines, en la cocina, en la nevera, etc.)
- Absorbe la humedad de una habitación - Colocado en sus zonas de estar, mejora la circulación sanguínea
- Utilizado como filtro, purifica el agua potable (librándola de cloro, mal sabor o sustancias malolientes) o el agua de lavado. Para el agua potable, se necesitan 60 g para tratar un litro de agua del grifo. Antes de utilizarlos por primera vez, hiérvalos durante un cuarto de hora en abundante agua para eliminar cualquier residuo. A continuación, déjelas secar toda la noche en un lugar seco y templado, o a la luz directa del sol, antes de colocarlas en su jarra llena de agua. Al cabo de unas diez horas, podrás disfrutar de agua pura y rica en minerales. Cámbiala cada diez semanas para un resultado perfecto.
- Es un excelente repelente contra las termitas y otros insectos ávidos de humedad. Utilizarlo para cocinar requiere un poco de pericia. Recomiendo Para apagarlo, ofrece una ventaja que no tiene ningún otro carbón. Basta con sumergirlo en un recipiente con agua durante unos minutos, luego dejarlo secar toda la noche y, por último, durante uno o dos días, dejarlo a la luz directa del sol o sobre un radiador (en invierno) para eliminar cualquier resto de humedad. Entonces podrá volver a utilizarla. Los puristas lo apagan colocándolo en un recipiente de hierro fundido sellado para privar al carbón de oxígeno, que lo extinguirá muy rápidamente.